La crisis económica ha cambiado la fisonomía de las grandes ciudades, donde proliferan carteles del tipo "Se traspasa", "Se alquila" o "Se vende" en locales que en otro tiempo fueron prósperos negocios. Una de las causas es la arrolladora competencia que ejercen las grandes superficies. Pero hay excepciones ante las que es inevitable sentir una íntima satisfacción. A pocos metros de la plaza Tetuán de Barcelona, concretamente en la Gran Vía, convivieron durante un tiempo una droguería de estilo modernista, de esas de toda la vida donde los empleados llevan bata gris azulado, y una tienda de la cadena Schlecker. Lo sé porque vivo cerca. Pues en este caso es la multinacional alemana de productos de limpieza la que ha echado el cierre en su establecimiento. Hay otros ejemplos de resistencia, como la librería francesa Jaimes, creada en 1941 y que ha soportado la presencia casi colindante de la gigante Casa del Libro en el paseo de Gracia, o Esports Mañanés, tienda de deportes situada en la calle Canuda desde los años 40 y que tiene como vecino a Decathlon. Seguro que hay muchos más ejemplos de supervivencia. ¡Tiene que haberlos!
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