"Grey Gardens" o el deshonor de Jackie Kennedy

"Grey Gardens" es un magnífico documental. Impactante, brutal. Absolutamente recomendable. Sus protagonistas son Edith Bouvier Beale y Edith Ewing Bouvier Beale, prima y tía de la sofisticada Jackie Kennedy, quienes tras una vida de lujo, cayeron en la más profunda decadencia que las llevó a rodearse de basura, gatos y mapaches en su otrora exclusiva casa en East Hampton. Los autores de esta demoledora producción, rodada en 1975 y que algunos calificaron de cuento gótico, son los hermanos Albert y David Maysles, que se ganaron la confianza de estas dos mujeres, que entonces tenían 80 y 55 años.

A lo largo del documental, se asiste a las peleas entre madre e hija, cantante frustrada la primera, actriz de corta trayectoria en Nueva York la segunda. Ambas fueron bellísimas, algo que puede apreciarse en las imágenes pese a deterioro ambiental y personal sufrido después de que el marido y padre de las protagonistas, dejándolas con una mínima pensión.
Edith Ewing coquetea con la cámara, ante la que canta y baila, vestida con trapos y jerseys que ella convertía en turbantes (una agresiva alopecia la dejó sin pelo) o faldas hasta conseguir un "look" que inspiró a varios diseñadores y una edición de la revista "Vogue". Edith culpa a su madre de haberle cortado las alas, dado que tuvo que cuidar de ella durante diez años -repite que no pasará ni un invierno más en los Hamptons- y hasta su muerte en 1977, dos años después de que se produjera el documental.
A su vez, la anciana reprocha a la hija sus líos con hombres casados y su poco talento musical.
Tal es el deterioro al que llegó la mansión de las Bouvier que las autoridades sanitarias amenazaron con desahuciarlas si no la restauraban. La prensa se hizo eco del escándalo y Jackie, entonces esposa de Onassis, visitó personalmente a sus olvidadas familiares y les dio una buena cantidad de dinero.
Tras la muerte de su madre, Edith se trasladó a un apartamento en Nueva York. Una película, protagonizada por Jessica Lange y Drew Barrymore en 2009, así como un musical en Broadway, perpetuaron la leyenda de ambas mujeres.

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