viernes, 1 de febrero de 2013

La anécdota comodín

Las dos historias tienen en común la irreverencia hacia personajes legendarios y la capacidad de estos para reírse de sí mismos. Son tan parecidas que alguien podría pensar que hay algo de plagio en ellas, pero en ambos casos se demuestra la genialidad de sus protagonistas.
Frank Sinatra
En 1976, Frank Sinatra fue entrevistado en el mítico "talk show" de Johnny Carson junto al actor y humorista Don Rickles. Sinatra explicó que hace años coincidió en un restaurante de Nueva York con Rickles quien, para impresionar a su atractiva acompañante, le pidió que al final de la cena pasara por su mesa y le saludara. Así lo hizo "la voz", que recibió esta airada contestación de Rickles: "¡Pero es que no ves que estoy comiendo!".

Aristóteles Onassis
Por esas mismas fechas sitúa el escritor, actor y periodista José Luis de Vilallonga en sus "Memorias no autorizadas" su cita con Aristóteles Onassis en un hotel donde, de repente, un hombrecillo abordó al magnate: "¿No te acuerdas de mí, Ari? Estudiamos juntos...". Onassis, que nunca fue a la escuela, instó al desconocido a hablar con su secretaria si deseaba pedirle algo. El individuo, que había reservado una mesa para reunirse con dos hombres de negocios, sólo le rogó que le saludara con la mano al pasar junto a ellos. El armador griego accedió y, cuando hizo el gesto, el  hombrecillo le respondió: "¡Pero bueno! ¿Es que aquí no se va a poder trabajar nunca tranquilo?". Al día siguiente, Onassis contrataba al desconocido como asesor de una de sus empresas.

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