"Se presume que Francisco Arratia Saldierna era un periodista molesto para los narcotraficantes y, por ese motivo, la tarde del 31 de agosto de 2004 dos sicarios lo subieron a la fuerza a un automóvil, le rompieron uno a uno los dedos de las manos, le quemaron las palmas, le reventaron a golpes un pulmón y, sesenta minutos de tortura después, lo dejaron al filo de una cuneta, cerca de la Cruz Roja de Matamoros, en Tamaulipas, inservible para escribir y para seguir viviendo". Así empieza el periodista Marco Avilés el relato de la muerte de su colega, uno de los 127 trabajadores de la información asesinados o desaparecidos en México a los que rinde homenaje el libro "Tú y yo coincidimos en la noche terrible", coordinado por Lolita Bosch y Alejandro Vélez Salas y cuya edición ha sido posible gracias a las donaciones realizadas a través del portal Goteo.org y la colaboración de la Universidad de Guadalajara.
Todos estos periodistas asesinados estaban investigando casos de narcotráfico o corrupción. O la desaparición de otros compañeros, como Yolanda Ordaz de la Cruz, cuyo cuerpo decapitado apareció el 26 de julio de 2011 frente a la sede del periódico "Imagen del Golfo". Proyectos así mantienen vivo el recuerdo de esos atroces crímenes, muchos de ellos no resueltos. Ese es el objetivo también de nuestraaparenterendicion.com que comenzó como blog y ahora es una web dedicada a la memoria de quienes son víctimas de la violencia en México.
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