Un libro inquietante, que provoca desasosiego. "El anticristo", escrito por Joseph Roth en 1934, aborda la presencia del maligno en nuestra vida cotidiana. También en el ámbito periodístico. En uno de sus capítulos, el narrador es contratado por un periódico. Así habla uno de sus compañeros más veteranos:
"No tiene sentido apasionarse. Fíjese en mí; yo era alguien que decía la verdad. Nunca fui capaz de decir una mentira. Sólo miento desde que me contrataron y se me pagó para transmitir la verdad. Y usted acabará haciendo como yo. Pero si se niega a mentir, encontrará que sus verdades han sido tergiversadas de tal modo que preferiría haber dicho usted las mismas mentiras".
Esas pocas frases sintetizan perfectamente las servidumbres de los medios de comunicación, las presiones políticas y económicas que sufren los profesionales, la radicalidad de determinadas líneas editoriales y los equilibrios que hace el periodista para contentar a quien le paga el sueldo sin traicionarse a sí mismo.
Un libro inquietante, que provoca desasosiego. "El anticristo", escrito por Joseph Roth en 1934, aborda la presencia del maligno en nuestra vida cotidiana. También en el ámbito periodístico. En uno de sus capítulos, el narrador es contratado por un periódico. Así habla uno de sus compañeros más veteranos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario