lunes, 17 de junio de 2013

La democrática avenida Diagonal

Pocas cosas hay tan democráticas como la avenida Diagonal de Barcelona. Y eso que fue incapaz de soportar un referéndum sobre su reforma cuando el socialista Jordi Hereu gobernaba la ciudad. Quizá precisamente por su excesiva transversalidad, en el sentido real y figurado de la palabra, que imposibilita los consensos. Se sabe dónde empieza, en el mar, pero no donde acaba, pues allá por la zona universitaria, se funde con las autopistas que acceden a la Ciudad Condal. Diez kilómetros de cambiante paisaje urbano y social, donde vivir por encima de la Diagonal tiene un significado muy diferente en cada vértice de esta arteria: en una punta, supone pertenecer a la zona alta de Barcelona y, en la otra, al depauperado barrio de La Mina, hoy revitalizado con la construcción del Fórum y de Diagonal-Mar, uno de los tres centros comerciales instalados en esta vía junto al cercano Glòries e Illa Diagonal.

El Fórum
El 22@
Abandona el mar la avenida para atravesar el que estaba llamado a ser el distrito financiero de Barcelona, el 22@, una mezcla entre el barrio de la Defense de París y el Wall Street neoyorkino. Aquí conviven grandes rascacielos con naves ocupadas por inmigrantes; la torre Agbar, con talleres desvencijados; el Museo del Diseño, con  Els Encants, aún a ras de tierra, porque acaba de retrasarse por enésima vez la inauguración del nuevo destino de este mercadillo, un edificio moderno y anodino del que ya hablé en otro post, y que a día de hoy no resulta apto para la lluvia. Nada que ver son el Rastro madrileño o con el Portobello londinense.
Superado el nudo viario aún no resuelto de Glòries llegamos a otro nudo, igualmente hostil, el que configura el cruce de Diagonal con las calles Aragó y Consell de Cent, heredado del soterramiento de las vías del tren. Nuestra arteria ya ha abandonado el obrero distrito de Sant Martí para adentrarse en el del Eixample y en sus señoriales edificios. Inevitable reproducir las impresiones que Avelí Artís i Gener (Tísner) describe en su "Guía inútil de Barcelona" (1967):
"Una vez Junceda dijo:
La Casa de les Punxes
-El día del Juicio Final los arquitectos barceloneses irán por el Valle de Josafat dándose golpes en el pecho y  clamando: '¡mea cúpula, mea grandísima cupula'.
Muy a menudo he recordado el ingenioso juego de palabras y se me ha presentado una Diagonal llena de edificios rematados por las cúpulas más delirantes. Veía de todo tipo, de todos los estilos. En el deformado recuerdo danzaban odeones y kremlins, en escalofriante promiscuidad.
No había para tanto. Ahora, cuando he repasado con curiosidad el paseo de Gràcia, la Rambla de Catalunya, el paseo de Sant Joan y la Diagonal creo acertada -pero con reservas- la premonición de Junceda. No quisiera coaccionar a nadie, pero más bien creo que el Juicio Final les será benévolo, a los arquitectos barceloneses de la Belle Époque. Quizá sea más estricto con la legión de arquitectos que, obsesionados con el remoto Eero Saarinen, imitan una Brasilia que no tiene nada que ver". 
O imitan a Manhattan, distrito neoyorquino en el que siempre se ha mirado Barcelona...



Avenida de infaustos desfiles militares y nomenclátores franquistas, la Diagonal cruza el paseo de Gràcia lo que la convierte en zona comercial, aunque la crisis ha provocado que abunden los carteles de "Se vende" o "Se traspasa". El Ayuntamiento ha anunciado que se reformará esta zona central para que puedan convivir mejor ciclistas, peatones, coches y autobuses. Todo un reto.
Acceso a recinto del Palacio de Pedralbes
Los plataneros no abandonan al paseante hasta llegar a la plaza Francesc Macià, puerta de acceso a la ciudad y también a la zona alta de Barcelona, donde los espacios son mucho más abiertos. Los edificios grises de la Universidad de Barcelona tienen su pulmón verde en los jardines del Palau de Pedralbes, poco utilizado ahora por las instituciones debido a la austeridad impuesta por la crisis económica. Les Corts y su población pudiente, la que visita el Polo, ya ha hecho suya la Diagonal, que una vez más se resiste a las normas y da cobijo a la prostitución que rodea el campo del FC Barcelona. En breve abandonará Barcelona para mezclarse con el amasijo de autopistas que van hacia el sur.

No hay comentarios:

Publicar un comentario