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Cartel de la película "No sin mi hija" |
Para mí los traductores de libros son como los sherpas que ayudan a los alpinistas a alcanzar altas cimas, pues su mérito nunca está suficientemente reconocido. Sobre todo si se tiene en cuenta lo mal pagados que están, injusticia que se ha acentuado en estos tiempos de crisis económica. Olvidamos muy a menudo que esa obra que nos encanta fue escrita originariamente en otra lengua que no es la que hemos leído. Por motivos de trabajo conocí a la persona que, para la editorial Seix Barral, tradujo del inglés en 1994 "No sin mi hija", de Betty Mahmoody y William Hoffe, de la que se hizo una película de gran éxito protagonizada por Sally Field. La traducción está firmada con el pseudónimo R. M. B. porque en aquella época, se decretó la fatwa contra Salman Rushdie por sus supuestamente irreverentes "Versos satánicos", así que se decidió que los traductores españoles de libros no demasiado amables con la doctrina islamista no firmaran con su nombre auténtico. De hecho, en 1991, el traductor al japonés de "Versos satánicos" fue asesinado y el traductor italiano, apuñalado. En 1993, el editor noruego de Rushdie fue tiroteado frante a su casa en Oslo.
Dicen que un buen traductor es aquel que permanece fiel al autor y su presencia pasa desapercibida. Dejo para los expertos decidir si Virginia Woolf, que tiene tantos traductores como ediciones y títulos se han publicado en España, mejora o no con Guillermo Gossé, Dámaso López, Andrés Bosch o con el mismísimo Jorge Luis Borges (que tradujo "Orlando").
Según datos de la Federación de Gremios de Editores de España, el sector publicó el año pasado 88.000 títulos y el número de obras traducidas fue 19.792. En este enlace se pueden leer más datos.
http://www.federacioneditores.org/0_Resources/Documentos/NP_ProduccionEditorial2012.pdf
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