sábado, 11 de febrero de 2012

Los gobiernos pasan, los partidos quedan

(Artículo que publiqué el pasado 6 de febrero en ABC)


Alguien dijo que «a los hombres les gustan las mujeres modernas, pero no que las suyan lo sean». La frase encaja más con una revista del corazón que con una columna política, pero desde que la simpar Carmen Lomana se dedica a valorar en Twitter la oratoria de su tocaya Carmen Chacón, los límites entre ambos terrenos se han difuminado. Igualmente diluidas están las fronteras entre PSC y PSOE, algo que en momentos de efervescencia catalanista funcionó, pero ahora sólo sirve para acusar las grandes contradicciones de una formación que no da pie con bola.
 Carme Chacón (Socialistes.cat)
Volviendo a la premisa principal, al PSC le gustan las mujeres con ambición política, pero no cohabitar con ellas. Una cosa es sacar pecho cuando Chacón fue nombrada ministra de Vivienda primero y de Defensa después, porque así se rubricaba el papel decisivo de los socialistas catalanes en la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, pero otra muy distinta es perpetuar el poder de la ex concejal de Esplugues (Barcelona). Y es que los gobiernos pasan, pero los aparatos de los partidos, sobre todo en el caso socialista, acostumbran a quedarse. Dicho de otra manera, quienes en su día empujaron a Chacón a hacer carrera en Madrid le reprochaban ahora que aspirara a dirigir el PSOE. Entre quienes la invalidan para defender los intereses catalanes figura el ex consejero de Educación, Ernest Maragall, quien afea a Chacón su oposición al pacto fiscal de CiU «con uñas y dientes». Que sepamos, el PSC promovió un Estatuto donde nada se dice de concierto económico. Un texto, el estatutario, que tras ser aprobado por el Parlamento autonómico, fue negociado y rebajado por el flamante líder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba.
Casi más elocuente que las palabras de Maragall ha sido el silencio, disfrazado de neutralidad, del PSC en el proceso congresual socialista finalizado ayer. Pero hay silencios políticos que, al igual que los administrativos, tienen efectos y ha quedado suficientemente claro que nadie apostaba por Chacón en la dirección del PSC. Que el primer secretario de esta formación, Pere Navarro,lamente ahora que Rubalcaba no integre en su nueva ejecutiva al sector que apoyó a Chacón resulta algo cínico. También lo es desmarcarse cuando conviene del PSOE para luego rechazar que el PSC tenga grupo propio en el Congreso.

1 comentario:

  1. "PSC le gustan las mujeres con ambición política, pero no cohabitar con ellas" Sí, me suena a la misma doble moral que tiene la derechona con el cristianismo: le gusta sacar pecho de el los domingos en misa - y en época electoral -, para luego dejarlo a un lado (a la hora de firmar contratos "poco piadosos", hacerle cuernos a la pareja, darle por el culo al amante, etc.).

    Si es que...

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