viernes, 5 de septiembre de 2014

Circo mediático en Gaza

He leído buenas y malas críticas del programa que la periodista Ana Rosa Quintana, reina de las mañanas en Telecinco, hizo desde Gaza, una zona devastadas por el conflicto entre israelíes y palestinos. Lo hizo para estrenar temporada, es decir, que la intención era un golpe de efecto. Empezamos mal. Hacer un directo conlleva un despliegue mediático que tiene mucho de espectáculo. Y por más que se intente ser profesional, y estoy convencida de que ese programa se compone de buenísimos técnicos y periodistas, se corre el riesgo de caer en el sensacionalismo. Inevitable recordar aquel "circo" que la locutora Nieves Herrero montó hace años en Alcasser (Valencia) tras la aparición de los cuerpos de tres niñas violadas, torturadas y asesinadas.
El escándalo fue mayúsculo, mientras que la presencia de Ana Rosa en Gaza apenas ha sido cuestionado. ¿Tanto se ha banalizado la guerra que montar un estudio en una zona de conflicto no sea objeto de reprobación?
Pero lo que ya resulta indignante es el intento de los responsables del programa de convencer a sus seguidores del gran esfuerzo realizado, de la precariedad con la que han trabajado. "El equipo trabajó con un generador y sin luz eléctrica", es el título de un enlace en el que se explica el "making off" de espacio. ¿Debemos apiadarnos de ellos cuando hay corresponsales que se juegan la vida cada día por informar de este conflicto? Lamentable.

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