sábado, 23 de junio de 2012

Una indignada llamada George Eliot

George Eliot
Que Jane Austen es una de las grandes escritoras inglesas de todos los tiempos "es una verdad universalmente reconocida", como diría la propia autora de "Orgullo y prejuicio" o "La abadía de Northanger". Pero me quedo con la también inglesa George Eliot, que firma esa enorme novela titulada "Middlemarch". Virginia Woolf, siempre reacia a reconocer el talento de sus colegas -su enemistad con Katherine Mansfield es legendaria-, dijo de ella que "es una de las pocas escritoras del siglo XIX que escribe como una adulta". Efectivamente, George Eliot es el pseudónimo de Mary Anne Evans, nacida en 1819 en Chilvers Coton (Warwickshire) y que decidió firmar como un hombre sus obras para que la tomaran en serio. Hasta ahí el único gesto de cobardía que podríamos reprocharle a Evans si la comparamos con Austen, nacida en Steventon (Hampshire) en 1775, quien no utilizaba apodo. Si a eso añadimos que no disponía de esa habitación propia que Woolf considera imprescindible para trabajar -escribía en la cocina en medio del trasiego de las criadas-, podríamos asegurar que la obra de Austen es más meritoria que la de Eliot. No así su vida, que no se alejó demasiado de las costumbres del siglo XVIII, mientras que Eliot vivió durante 20 años con un hombre casado que no podía divorciarse.
Jane Austen
Eliot luchó durante toda su vida por romper el tópico que distingue entre literatura femenina y masculina. De ahí que escribiera un ensayo mordaz que la editorial Impedimenta acaba de publicar en España, "Las novelas tontas de ciertas damas novelistas". Una demoledora crítica hacia las novelas rosas de su época, tan divertida como aguda, en la que se muestra indignada con las escritoras de un género que denomina "de artimaña y confección". Eso es precisamente lo que es Eliot: una indignada decimonónica que, de haber nacido en nuestros días, aplaudiría el 15-M, escribiría de política y lucharía contra las injusticias, como en su época hizo con el antisemitismo. De alguna forma, Eliot acabó el trabajo empezado por Austen, pues sus novelas profundizan en la psique de unos personajes que parecen extraídos de algunos libros de su predecesora, al tiempo que rompió los moldes que ésta había comenzado a agrietar con sus críticas a los convencionalismos sociales.

3 comentarios:

  1. Bueno, qué gracioso venir a para al mismo post después de meses. Busca a George Sand, una mujer con pantalones :)

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  2. Jajaja! Es lo que tiene Internet ¿Busco a George Sand en tu blog?

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