sábado, 9 de junio de 2012

Brasil, como elefante en Sudamérica

"Menina Da Laje" de Claudia Jaguaribe
"¿Cómo administra Brasil su nueva condición de elefante en Sudamérica?". Esta es la pregunta que se hizo el profesor de Ciencias Políticas Alfredo Valladao en el apasionante debate que Casa América acogió con motivo de sus jornadas "Brasil, tierra prometida". Porque, de sobras es conocido, este país emergente ha roto los equilibrios en la zona del Mercosur al unirse al BRIC junto a Rusia, India y China -hay expertos que aseguran que estas cuatro economías dominarán el mundo en 2050-, por lo que cualquier movimiento afecta a sus vecinos. Valladao ve a Brasil "como el elefante de la zona que, cuando se mueve, y aunque no quiera, hace daño a sus vecinos". La relación con Estados Unidos, que en un principio veía al ex presidente Lula de Silva como un radical equiparable al venezolano Hugo Chávez y ahora se ve obligado a tratar de igual a igual a esa emergencia económica imparable, o la cooperación con Argentina, que algunos consideran clave para el desarrollo del sur americano, demuestran la importancia geoestratégica de un país que, no obstante, presenta enormes desequilibrios sociales.
Y es que no todos los testigos directos del "milagro" brasileño ven en esta nación una tierra de promisión. Al escritor Paulo Lins, autor de la demoledora "Ciudad de Dios", no le gusta vivir en Brasil porque es un país "racista" con "la policía del mundo que más negros mata", dijo que las sesiones celebradas en Casa América.

Le dio la réplica, algo indignado, el ex ministro de Desarrollo Social de Brasil, Patrus Ananias, quien aseguró que en sus seis años como miembro del equipo gubernamental, manejó 50 millones de reales brasileños sin ninguna denuncia por corrupción. Admitió que existen aún altos índices de delincuencia -40.000 asesinatos al año-, mientras que la doctora en Educación y Sociedad, Tânia Márcia, recordó que el 10% de la población brasileña es analfabeta y que en la región nordeste del país, el 60% de los habitantes mayores de 60 años no saben leer.
En definitiva, Brasil, junto al resto de países del BRIC, confirman la profunda crisis del capitalismo occidental en favor de unas potencias que, en materia de derechos humanos y sociales, tienen un amplio camino por recorrer. Hay más información sobre esas interesantísimas jornadas y de la exposición de fotografías de artistas brasileños (que se puede contemplar hasta el 26 de octubre) en
http://www.americat.cat/

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