Domenico Dolce y Stefano Gabana no parecen tener muy claro eso de la igualdad sexual. Sorprende que una pareja gay que ha superado tabúes defienda el derecho de un niño a tener una "familia tradicional" compuesta por padre y madre. Están en su derecho, pero hoy, con motivo del décimo aniversario de la aprobación en el Parlamento catalán de la primera ley en España que permitió la adopción por parte de parejas homosexuales, no he podido evitar sentir una enorme satisfacción por este avance legislativo, pero, sobre todo, por las caras de satisfacción de los hijos de esas "familias no tradicionales", según el vocabulario de los conocidos diseñadores, que han visitado la Cámara autonómica. Yo no les veo trauma por ningún lado.
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