Yanis Varoufakis (FOTO: yanisvaroufakis.eu) |
¿Qué inspira más confianza, un político gordo o delgado? Es obvio que nuestros cargos públicos cuidan su imagen con más o menos intensidad -la distancia entre las operaciones de Berlusconi y los tacones de Sarkozy es muy amplia- y que la presión mediática es brutal. Sirva de ejemplo la lupa constante que el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, soporta en medios tradicionales y digitales sobre su aspecto, sus bufandas, sus camisas...
Christian Salmon aborda estos aspectos en un libro muy entretenido y yo diría que demoledor, pues ofrece una magnífica radiografía de la performance política. Se trata de "La ceremonia caníbal" (Península):
"Antaño, la corpulencia de los notables tranquilizaba al buen pueblo. Ahora, es la delgadez quien da a los gobernantes su credibilidad. Corren tiempos de dieta tanto como de deuda"Y añade:
"Ya no son ni el uniforme ni el ritual de sus apariciones quienes legitiman la autoridad de los gobernantes, es el cuerpo mismo quien está sometido a una puesta en escena de cada instante. Cuerpo esbelto y elegante de un Obama. Pecho desnudo de un Putin. Cuerpo sudoroso, agitado, sacudido de tics de Sarkozy. Cuerpo bronceado, con sus legendarios implantes de un Berlusconi, que se ha vuelto espectral a fuerza de cirugía estética. Cuerpo disminuido y debilitado de un Chirac cuyas apariciones titubeantes acechamos. Cuerpo adelgazado de un François Holande cuyo régimen de adelgazamiento ha sido objeto de todas las atenciones mediáticas durante la campaña electoral de 2012".¿Y qué decir de los políticos españoles? Si cuidan su aspecto, parecen hacerlo con discreción, quizá por aquello de que nuestro país todavía está inmerso en un período de austeridad en el que la frivolidad está fuera de lugar. O porque no somos tan esclavos de la imagen. Más allá del comentado implante de pelo del socialista José Bono o del supuestamente coloreado cabello del popular Mariano Rajoy, poco se comenta del "look" de nuestros dirigentes. Pero abren paso otros candidatos a los que sí hemos visto el "pecho desnudo" (y algo más) como dice Salmon, como es el caso del líder de Ciudadanos, Albert Rivera. En el caso de Pablo Iglesias, de Podemos, ¿acaso su imagen desenfadada forma parte de un plan? Todo es posible en política.
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