Si ya me tiene fascinada el éxito de "Cincuenta sombras de Grey" (Grijalbo), de la británica E. L. James, que la literatura erótica escrita por y para mujeres se haya convertido en un subgénero en las librerías me alucina. No es la primera vez que una autora aborda la sexualidad femenina. Recordemos a Anaïs Nin o Céline. Pero si la novedad consiste en narrar las fantasías de sumisión, nada tiene que envidiar a este libro "Nueve semanas y media", escrito por Elizabeth Mcneill y que en los años ochenta fue interpretada en la gran pantalla por Kim Bassinger y Mickey Rourke. Ambas tienen algunas similitudes, como el hecho de que el protagonista sea un "yuppie" y que la relación de la pareja no pueda sustraerse a una posible relación romántica, lo cual da un cierto suspense al argumento y perpetúa la idea de que no es concebible el sexo sin amor.
En cualquier ranking de novela erótica encontraremos a varias escritoras que, mucho antes que James, demostraron que la mujer puede vivir el sexo de forma tan desacomplejada como el hombre: Almudena Grandes o Margarite Duras, por ejemplo. Porque me temo que, a estas alturas de liberación femenina, todavía escandaliza o, cuando menos, sorprende, que la mujer sea dueña absoluta de su sexo.
Comentario muy acertado. La novela de Grey, a pesar de todo, és convencional, en el sentido más tradicional del témino. A parte de las autoras que tu has citado, otros autores supieron tratar el tema de la experiència sexual de las mujeres de forma más acertada y, por la época en que vivieron, arriesgada. DH Lawrence y su ¨El amante de Lady Chaterley", (mal interpretada constantemente en cine¨) trata de la hipocresia social con respecto al sexo en general y de la mujer en particular. Difícilmente se puede vivir de forma desacomplejada cuando el individuo se ve sometido a unas convenciones sociales inflexibles.
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