martes, 28 de enero de 2014

James Dean, torero

Nos descubre Muriel Feiner, escritora y fotógrafa, que James Dean valoró seriamente dedicarse al toreo. Lo dice en su libro "¡Torero!: los toros en el cine" (Alianza Editorial). Y yo me pregunto si eso fue producto del carácter autodestructivo del actor, de una pasión real por la Fiesta o por el atractivo sexual que despierta la estética taurina. O un poco de todo. Imaginar a Dean toreando en México tiene su miga. Rosario Pérez, cronista taurina de ABC aborda el asunto en un estupendo artículo. Imagino a Dean ante el toro y a Hemingway y Picasso, siguiendo su arte desde el burladero. Hay tanto folklore en todo esto... Pero qué sé yo, que soy antitaurina.

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