lunes, 20 de abril de 2015

"León come gamba": porque la fama cuesta

Acabemos con la farsa: nos encanta la humillación ajena. La expulsión de un joven concursante del programa “Masterchef” que quiso deleitar al jurado con un plato naif titulado “León come gamba”, ha convulsionado las redes sociales. “Crueldad” fue una de las palabras más utilizadas. Pero la crueldad fascina y ahí está el secreto del éxito de una serie como “Fama”, donde la profesora de baile advertía que “la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor”. Corría el año 1982. Pero tres décadas después, Hollywood oscarizaba a uno de los protagonistas de la película “Whiplash”, el veterano actor J. K. Simmons, que da vida a un sádico profesor de música que tortura a sus alumnos hasta límites insospechados. La película es estupenda, tiene un ritmo trepidante, corta la respiración...Y cuenta una historia de vejaciones.
Gracias sus intervenciones denigratorias se hizo famoso un publicista metido a jurado del concurso “Operación Triunfo”. Risto Mejide, gran entrevistador por cierto, supo encontrar un "rol" que atrae y repele al mismo tiempo al espectador. Sus hirientes intervenciones garantizaban el morbo inconfesable y también la cuota de "share".
Igualmente bochornosos son los insultos que se intercambian los colaboradores de programas como "Sálvame", que han convertido el trato degradante en un género televisivo, con permiso de "Tómbola", pionero en estas lides.Y no nos engañemos: el principal interés de "Supervivientes" es ver a la pijísima Carmen Lomana pasar hambre sin maquillaje, mientras intenta superar pruebas infames.

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