("Siempre he creído en la bondad de los desconocidos". Blanche DuBois en "Un tranvía llamado deseo")
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Vendedor ambulante (FOTO: Anna Kaiser) |
Me contaron esta bonita historia. Un joven subsahariano que practicaba la venta ambulante en el paseo de Gràcia de Barcelona se acercó a una mujer rumana que,a pocos metros, pedía limosna y le dio algunas monedas. "Solidaridad entre pobres", pensé. Dos extranjeros ayudándose en medio de la artería comercial más cara y glamurosa de la Ciudad Condal. El gesto, me dije, había sido bello. Pero cuando repetí lo ocurrido a una amiga, ésta me contestó:
-Seguramente le dio dinero para que no le robara el género
Odié a esa amiga durante muchos días. Todavía hoy me irritan esas palabras. No porque encierren una verdad, porque no las creo. Sino por la combinación de incomprensión, desprecio e incluso hostilidad que encerraban.
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