sábado, 16 de agosto de 2014

Robin Williams, payaso triste

Tras el suicidio de Robin Williams, me he acordado de esos payasos que, empeñados en hacer reír, solo provocan una enorme tristeza. Y entonces recuerdo al Charles Chaplin de "Candilejas". O al Buster Keaton, que decidió no sonreír nunca. O al contemporáneo Louis C. K., del que escribe Beatriz Manjón en su artículo "Reír por no llorar" a raíz de la muerte del humorista americano. Todos ellos son cómicos que han interpretado a perdedores.¿De qué nos reímos entonces?
De Williams nos han llegado las risas enlatadas de las series de televisión que protagonizó cuando era muy joven. También su histrionismo, que como ahora se ha sabido, ocultaba una personalidad compleja, insegura, torturada. Lo suyo no eran las caídas o los tortazos en la cara, maldita la gracia que siempre me han hecho ese tipo de payasadas, pero sí las imitaciones, los malabarismos de su voz, la pose exagerada... Irritantes en algunos casos. Pero al igual que Chaplin o Jerry Lewis, Williams también emocionó en el drama. Tanto que fue premiado y será recordado por papeles no humorísticos.

Buster Keaton y Charles Chaplin en "Candilejas"

No hay comentarios:

Publicar un comentario