miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un periodista llamado Google

El protagonista de "Winesburg, Ohio" (Acantilado), novela escrita por Sherwood Anderson, es un periodista llamado George Willard, responsable de un diario local en el que explica la vida de los habitantes del pueblo que da nombre al libro. Todos le odian y le envidian a partes iguales debido al talante aventurero y cotilla de Willard. Un metomentodo, en definitiva, que dispone de algo de lo que hoy en día carecemos los periodistas: de tiempo.
La prensa sufre, como se sabe, una doble crisis: económica (descenso de ventas y de publicidad) y conceptual (modelo caduco debido a la irrupción de las nuevas tecnologías). Ante esta situación, las empresas intentan sanear sus cuentas prescindiendo de periodistas y de negocios en los que invirtieron en época de vacas gordas (televisiones, radios...). Las plantillas quedan esquilmadas y reducidas a personal sin experiencia, pero que pertenecen a la generación Internet. Porque la red, dicen los editores, es el futuro de los periódicos, aunque de momento nadie le haya sacado el rendimiento comercial esperado.
También es nuestro presente. La diabólica combinación entre precariedad laboral e Internet ha dado lugar a un tipo de periodismo exprés donde la investigación se limita a una búsqueda en Google y las supuestas exclusivas, a una reinterpretación de noticias ya publicadas y encontradas en la red. Efectivamente: el periodismo se ha convertido en un ejercicio de repetición porque los profesionales no tenemos ni tiempo, ni recursos, ni influencia. Sí tenemos una doble presión, la de nuestras empresas y la de nuestros propios compañeros. El periodista es un lobo para el periodista, tanto entre medios de comunicación como a nivel interno, pues en la selva mediática, sobrevivir es cada vez más difícil.
Hemos dejado de ser el cuarto poder, si es que alguna vez lo fuimos, pues las fuentes de financiación de los diarios son ahora menores, pero mucho más dominantes.
Pero la crisis pasará y, aunque esta profesión nunca volverá a ser la que fue, siempre podremos reinventarnos y "pintar sueños de hombre/periodista adulto" como hizo George Willard.

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